Los recientes crímenes cometidos en España y en Asturias han generado una gran alarma social, mediatizados de tal manera que puede conducirnos a una interpretación errónea sobre la criminalidad o incluso al miedo. Por ello el equipo de criminólogos de Privalia Detectives (agencia de detectives privados con sede en Asturias) hemos decidido poner a disposición de nuestros lectores información adecuada para facilitar el conocimiento y la comprensión del trastorno de la personalidad conocido como la psicopatía, y así aumentar nuestra capacidad para intuir o detectar posibles rasgos psicopáticos en las personas que nos rodean.
Las personalidades psicopáticas son mucho más habituales en nuestra sociedad de lo que parece y su efecto es más grave de lo que creemos puesto que no se limita a aquellas personas que se encuentran en centros penitenciarios cumpliendo condenas por ilícitos penales, sino que en muchas ocasiones se trata de personas cercanas que crean problemas cotidianos. La mayoría de estos sujetos están integrados totalmente en nuestra sociedad, en nuestro entorno y no son detectados a simple vista, lo que les hace aún más peligrosos para sus víctimas.
La mayoría de nosotros cuando escucha la palabra psicópata, cree erróneamente que se trata de ese asesino despiadado que tantas veces queda reflejado en películas y series de televisión. La realidad es que muchos de estos psicópatas están integrados en nuestra sociedad, están entre nosotros y pasan totalmente desapercibidos, porque muchos de ellos no comenten ilícitos visibles.
La psicopatía integrada predomina en personas de alto estatus social, económico y profesional: médicos, políticos, empresarios, brókeres, abogados, que para poder triunfar en la sociedad requieren ciertos rasgos psicopáticos. Sin embargo el impacto que estas personalidades pueden tener en la vida diaria hacía los demás es muy preocupante a la vez que destructiva.
La psicopatía es un conjunto de rasgos afectivos, interpersonales y comportamentales que se caracterizan por la ausencia de nerviosismo, insinceridad, incapacidad para amar, ausencia de culpa o remordimientos y una carencia general de reacciones afectivas.
En los años 80 Robert Hare utilizando los criterios de Cleckley creó un instrumento de evaluación denominado PCL (Psychopathy Checklist) y desde ese momento la psicopatía pasó a entenderse como un trastorno de la personalidad compuesto por dos factores:
FACTOR I (interpersonal/afectivo): abarca rasgos de personalidad como grandiosidad, crueldad, falta de empatía (falta de empatía emocional, ya que si disponen de empatía cognitiva), falta de culpa y de remordimientos, frialdad emocional y una gran capacidad para manipular a los demás.
FACTOR II (desviación social): este se refiere más a un comportamiento antisocial, que se describe como un patrón de comportamiento inestable, impulsivo y de gran versatilidad criminal.
Tradicionalmente se ha estudiado este trastorno de la personalidad en población penitenciaria, puesto que se tiene un fácil acceso a la muestra y es donde más probabilidades existen de encontrar psicópatas. Sin embargo, no todos los sujetos con rasgos y conductas psicopáticas están en prisión. El grupo de sujetos que no han llevado a cabo conductas delictivas y por lo tanto no han entrado en ningún momento en contacto con el sistema judicial, son los psicópatas subclínicos o los psicópatas integrados en nuestra sociedad. El término “subclínico” se refiere simplemente al hecho de que estos sujetos nunca han ingresado en prisión, no que no tengan los rasgos necesarios para ser considerados psicópatas. La variedad subclínica de este tipo de personalidad es mucho más habitual que la clínica o la jurídico forense y vive integrada en nuestro entorno cotidiano entre todos nosotros, pudiendo encontrarlos en despachos, grandes empresas y multinacionales, ámbito de la política, finanzas, es decir: en cualquier ámbito de nuestra sociedad y muy cerca de nosotros.
La diferencia fundamental entre los psicópatas criminales y los psicópatas integrados (no criminales) es la concreta comisión del ilícito penal (robo, prevaricación, delito fiscal, homicidio, agresión sexual) puesto que ambos tipos de psicópatas tienen la misma estructura básica de personalidad y emociones siendo diferentes en la vertiente conductual: unos son antisociales y delincuentes y otros no.
En la siguiente tabla podemos ver los rasgos psicopáticos según la perspectiva de H. Cleckley (psiquiatra norteamericano) y Robert Hare (psicólogo forense canadiense).